La autoestima consiste en tener una auto valoración crítica y positiva de uno mismo, por lo tanto implica básicamente quererse y respetarse. Los niños con una autoestima positiva se sienten más confiados y capaces, se sienten orgullosos por las cosas que pueden hacer, aprenden de sus errores, potencian su desarrollo personal, asumen la responsabilidad de sus actos, entre otros. Por otro lado, la autoestima negativa, se sienten menos seguros de sí mismos y de sus capacidades, no se sienten motivados para intentar cosas que les son difíciles y tienen dificultad para lidiar con los errores.
El factor más importante que influye en la autoestima es la opinión de los demás, por ello es importante brindar mensajes positivos sobre su persona, pero también realistas. ¿De qué manera podemos ayudarles?
- Hacerle ver que crees en él/ella.
- Demostrarles amor y afecto.
- Felicitarles cuando logren objetivos.
- No hacer comparaciones: cada niño es diferente y único a su manera.
- Decirle cuan afortunado y orgulloso estas de ser su padre/madre.
- Prestar atención a los mensajes sobre su persona que les vienen de fuera, al no poder estar con ellos en todo momento (y tampoco es bueno hacerlo) se le debe enseñar a entender esos mensajes de la forma adecuada.
Cuando uno está bien consigo mismo, se verá reflejado en su comportamiento y relación con el entorno. Una persona con una buena autoestima podrá relacionarse mucho mejor con gente nueva, interaccionar mucho más positivamente y establecer relaciones más duraderas, entre otros.